Un estudio liderado por la Unidad de Control del Tabaco (UCT) del Instituto Catalán de Oncología (ICO), en colaboración con la Agencia de Salud Pública de Cataluña y seis hospitales de la provincia de Barcelona, ha demostrado la efectividad de una intervención telefónica proactiva y motivacional al conseguir que los pacientes con trastornos mentales graves dejen de fumar. Se calcula que alrededor del 75% de los pacientes hospitalizados por enfermedades mentales fuma, lo que triplica la proporción de tabaquismo en la población general. Las personas que sufren este tipo de trastornos son más propensas a fumar y se estima que el tabaco causa la muerte de entre el 48% y el 53% de este grupo.

La investigación, publicada en la revista International Journal of Mental Health and Addiction, ha comprobado la eficacia de una intervención telefónica para dejar de fumar a través de la línea 061 CatSalut Respon del Departamento de Salud de la Generalitat de Cataluña. Se trata del primer estudio de estas características diseñado específicamente para pacientes con trastornos mentales con un seguimiento de 12 meses. En la investigación participaron fumadores con trastornos mentales ingresados en las salas de salud mental de seis hospitales de agudos de la provincia de Barcelona: el Hospital Clínic, el Hospital de la Santa Creu i Sant Pau, el Hospital Universitario Vall d’Hebron, el Hospital Universitario de Bellvitge, el Hospital Hestia Duran i Reynals y la Fundació Althaia.

El equipo de investigadores del ICO y de los seis hospitales mencionados diseñó una intervención telefónica con un enfoque proactivo para ayudar a las personas con trastorno mental ingresadas a dejar de fumar tras recibir el alta hospitalaria, aprovechando su abstinencia o reducción del consumo durante su ingreso, ya que en los hospitales de agudos está prohibido fumar y reciben ayuda para mantenerse abstinentes. Dependiendo de cada caso, la intervención iba dirigida a aumentar la motivación para dejar de fumar; alcanzar la abstinencia; prevenir las recaídas; reducir el consumo o recomendar tratamiento farmacológico.

La intervención la llevaron a cabo enfermeras formadas en el abordaje del tabaquismo y la atención a personas con trastorno mental de la línea telefónica 061 CatSalut Respon. El grupo intervención del ensayo clínico recibió una llamada telefónica de las infermeras formadas a las primeras 48 horas,

a la semana, a los 15 días y uno, tres, seis y 12 meses después de que recibieran el alta. En cada llamada se les proporcionó una estrategia de intervención adaptada en función de la situación de cada paciente. Los participantes del grupo control recibieron tan sólo consejo inicial para dejar de fumar y se les preguntó las mismas variables para comparar resultados entre grupos.

Durante las llamadas, las enfermeras ayudaron a los participantes del grupo intervención a identificar barreras y oportunidades para conseguir dejar de fumar, establecer objetivos y estrategias para abordar el síndrome de abstinencia o “mono”. Los resultados indican que los fumadores con trastornos mentales graves que se abstuvieron de fumar durante la hospitalización tenían una mayor probabilidad de dejar de fumar con éxito con la ayuda de la intervención telefónica. Otros estudios han comprobado, que los pacientes con trastornos mentales que dejan de fumar reducen sus niveles de ansiedad, aumentan su calidad de vida y obtienen mejores resultados en la abstinencia de otras drogas.

Los autores sugieren, además, que esta intervención podría transferirse a la práctica clínica habitual en el conjunto del Sistema Nacional de Salud. Cristina Martínez, autora principal del estudio y jefa adjunta de la Unidad de Control del Tabaco (UCT), subraya que el estudio “demuestra la aceptabilidad y viabilidad de esta intervención y que las líneas de ayuda para dejar de fumar adaptadas podrían ser una solución a nivel comunitario para promover los beneficios de la abstinencia de fumar durante la hospitalización”.

Este programa no solo promete mejorar significativamente la calidad de vida de de las personas con patologia mental que fuman, sino también extender su esperanza de vida al reducir uno de los factores de riesgo más críticos para su salud, el consumo de tabaco.

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