Los beneficios de dejar de fumar pueden ser a corto, medio o largo plazo. Aquí encontrarás los más habituales: ​

A corto plazo

  • Pasados 20 minutos: la presión arterial y la frecuencia cardíaca disminuyen,  hasta normalizarse. ​
  • Pasadas 8 horas: disminuye el nivel de monóxido de carbono (CO) y aumenta el oxígeno en sangre a niveles normales.​
  • Pasadas 24 horas: el riesgo de muerte súbita disminuye. Los niveles de monóxido de carbono en sangre se eliminan.​
  • Pasadas 48 horas: se restauran las terminaciones nerviosas del gusto y el olfato y mejora la capacidad de oler y saborear.​
  • Pasadas 72 horas: aumenta la capacidad pulmonar y disminuyen la tos, la congestión pulmonar y la sensación de disnea.

A medio plazo

  • De 2 semanas a 3 meses: mejora la circulación sanguínea, aumenta la capacidad pulmonar hasta un 30% y desaparece la tos.​
  • Entre 1 y 9 meses: desaparecen síntomas como la congestión nasal y disminuye el riesgo de infecciones respiratorias.​
  • Se reducen la gingivitis, la incidencia de pérdida de piezas dentales, la halitosis y la tinción dental. ​
  • Aumentan los niveles del colesterol HDL, asociándose a la disminución de la progresión de la arteriosclerosis.

A largo plazo

  • Después de 2-5 años,  el riesgo de ataque de corazón es similar al de aquellas personas que nunca han fumado.​
  • A los 5 años se reduce el riesgo de cáncer de boca, esófago y vejiga a la mitad. ​
  • Pasados 10 años, se equipara el riesgo de un exfumador al de un no fumador.​
  • Diez años después, el riesgo de cáncer de pulmón o laringe disminuyen a la mitad.​
  • Pasados 15 años, el riesgo se reduce en un 85%.